Si, acá va otro de los post que se, tanto les gusta: es la oportunidad que me doy con uds. de compartir uno de mis días, especialmente aquellos en los que siento que vivo cosas muy intensas y bellas.
¿Se han sentido alguna vez en la cresta de la ola?, o sea, ¿en la cima, en lo más alto?... Ni se porqué les pregunto esto. Si me lo preguntan a mi, creo que si, especialmente estos días. Aclaro a que me refiero con estar en la cima, para que no se malinterprete: Feliz espiritualmente. Eso es para mí estar en la cresta de la ola, en la parte más alta. Eso me da felicidad y alegra mi corazón. ¿El cansancio? Está, pero no se siente cuando tienes el corazón lleno. Además, estuvo marcado por una tónica asociada a la Fidelidad… lean el siguiente relato, y sabrán porqué.
El día de ayer, tuve la oportunidad de hacer muchas cosas, y también tuve que dejar otras fuera, porque no podía hacerlas. Les cuento el día de ayer:
7:00 Levantarse. Este sábado 4 fue uno de los días que estaba esperando hace mucho tiempo, muy planificado en mi agenda, que decía lo siguiente:
- Peregrinación juvenil a Lo Vásquez (un santuario Mariano muy importante en mi diócesis). (8:30)
- Consejo diocesano de Pastoral en Valparaíso. (9:30)
- Bautizo de niños de primera comunión en la parroquia. (9:30)
- Bendición santuario de Schöenstatt en Los Pinos. (17:00)
- Matrimonio. (18:30)
- Eucaristía. (19:30)
- Matrimonio (20:30)
Tranquilos, se lo que están pensando… y no, no fui a todo eso; aún no me desdoblo… Jejejee. Hice lo que tenía como prioridades… lo de los jóvenes, los dos matrimonios y la Eucaristía.
8:00 – 8:30 Viaje. En este rato, luego de desayunar y rezar, comenzaron a llegar los jóvenes a los que acompañaría en una peregrinación juvenil; eran 140 app. y los monitores, y una hermana Dominica de la Presentación hicieron lo que yo no podía: organizarnos para salir de la parroquia, felices, contentos.
Lo que siguió el resto de la mañana y parte de la tarde, había que estar ahí para verlo; casi no se puede contar… mucha alegría, cantos, risas, felicidad por seguir caminando desde el lugar previamente establecido para la caminata hasta llegar a Lo Vásquez.
Cuando a mi me dicen que los jóvenes son impulsivos e impetuosos, yo les digo que si, y ayer su ímpetu e impulso me dejó muy lleno de fe. Con qué ganas rezaron, cantaron, se confesaron… fueron alrededor de 5.000 jóvenes en el Santuario, compartiendo su fe, hablando de sus vidas, sus talentos, sus anhelos, sus deseos de ser fieles… Si bien es cierto, estaba cansado por el trabajo de los días previos, lo de ayer, me llenó de vitalidad el resto del día. ¿Cómo no ser fiel hoy con lo que Dios me ha mostrado? Yo, a la edad de muchos de ellos, aún no tomaba conciencia del amor de Dios. Y ellos, muchos, adolescentes, eran los seres más felices porque estaban junto a Dios.
18:30 Parroquia. Tuve que regresar temprano de la peregrinación, por mis obligaciones en la parroquia. Tenía el primer matrimonio de la tarde. Estuvo muy bello: él era bombero, y la novia llegó en carro de bomba y todo… escogieron las lecturas, les hablé sobre el amor de Dios, y la fidelidad entre ellos y a Dios. El tema ya lo tenía en la mente, y calzaba preciso para la ocasión. Se fueron felices, con un arco de agua que los bomberos hicieron en la calle… era de película.
19:30 Eucaristía. La Misa del día. El templo lleno, y adivinen… había una renovación de un matrimonio que cumplía 50 años… si, aún hay matrimonios que cumplen esos años de amor juntos… Cuando les tomé las renovaciones matrimoniales, al pronunciarles las palabras: “Prometen ser fieles… y amarse, honrarse durante toda la vida…” se me vino de nuevo a la mente la palabra Fidelidad. Me emocionaron mucho estos dos “tortolitos” en sus 50 años en común.
20:30 Matrimonio. Mientras salían este matrimonio con 50 años de vida juntos, en la puerta del templo un nervioso novio esperaba a la que sería su mujer dentro de poco rato. Me acerqué, y ¿saben de qué le hable?... Fidelidad.
Apareció la novia, en un carruaje, muy bien dispuesto, y ¡matrimonio!, ¡como Dios manda!. Habían escogido lecturas muy bellas también, así es que, además de hablarles de ellas, retomé el tema de la fidelidad. Fue la tecla del día.
¿Saben? El día acabó feliz, y me dejó la sensación de ser otro día pleno que Dios me dio para estar a su servicio. Las cosas que dejé de hacer, no fue por no ser fiel, ni nada, sino solamente porque no podía hacerlas; otro padre me reemplazó. Pero en la noche, al volver el cansancio de bajar las revoluciones, me sentía pequeño, emocionado, hasta con ganas de llorar, pero de alegría. Dios me había tenido todo el día bendecido, absorto en su Presencia, y me mostró muchos rostros, y todos unidos por un mismo parámetro… la Fidelidad.
No se qué cosas y personas seguirán apareciendo en mi ministerio, pero se que ellas tendrán sus historias y pasarán por mi corazón, que les hablará de la importancia a las cosas pequeñas, bien hechas, dispuestas por Dios para su bien. ¿Fidelidad? Seguro también les hablaré de ella, como un regalo invaluable. Gracias a uds. también por la fidelidad a este blog, a estas palabras, a estas historias que comparto, tratando de salvar nombres para no meterme en la intimidad de nadie, solo pensando en compartirles lo feliz que soy, lo privilegiado que soy por conocer a Dios, lo amado que me siento por ser Hijo suyo. Dios, permanece fiel, a pesar de mí, de mi pecado, de mi historia. Y su fidelidad vale más que todo lo que puedo llegar a ser, o a tener, solo Dios me basta, y su fidelidad me llena. Que tengas un buen día.