martes, junio 02, 2009

Nuevas buenas...

Hace mucho tiempo que no tipeo nada aca... muchos me preguntan qué pasó con este blog, que les gustaba encontrarse actualizado cada cierto tiempo. Reconozco que muchas veces pude escribir acá, pero la flojera pudo mas. Hoy, entre la parroquia y mis demás deberes sacerdotales, no siempre encuentro el momento para hacerlo. Hoy me doy esos 5 minutos que muchas veces me negué para actualizar.
Mi vida sigue estando ligada a la parroquia de Concón, en donde la activida pastoral no para... Ser sacerdote, y lo han leído acá, o escuchado por ahí, es una labor muy demandante y absorvente. ¿Le han preguntado alguna vez a sus sacerdotes cómo están? Se supone que siempre todos muy bien, pero no siempre es así. Probablemente están cansados... Lo digo por experiencia: junto con ser los 5 años más bonitos de mi vida, también han sido los más cansadores y desgastantes. 
Los sacerdotes tenemos una bonita, pero cansadora misión... y hablando de misión... ¿Se han dado cuenta de lo que la Iglesia nos pide hoy? Espero que si... hoy en América Latina se habla de una misión continental, destinada a retomar lo que no debió dejarse: Ser discípulos misioneros. No se trata de solo salir a la calle y hablar de Dios, sino más bien de vivir en una cultura misionera, en donde el Evangelio crezca en América por desborde de gracia más que por proselitismo. 
Cuando leí por primera vez esa frase hace un par de años, en el Documento de Aparecida, me pareció muy audaz, llena de fe y esperanza... y eso es lo que necesitamos: hombres y mujeres decididos y convencidos de que nuestro continente puede ser un lugar en donde Dios habite cada día en hogares, calles, plazas y malls... ¿Es imposible esto? No lo creo; solo necesita corazones valientes y entregados a la voluntad de Dios.
Bueno, espero retomar este espacio con más calma y tiempo en el futuro. Un abrazo y bendiciones...