viernes, octubre 08, 2010

Esperanza y contrucción

Espero todos estén bien. Yo estoy bien, como siempre con muchas cosas en la parroquia... la vida de un sacerdote siempre está llena de muchos desafíos, y el cansancio siempre está al acecho del día a día.
Durante estos días, sin duda hemos vivido cosas muy fuertes en el país... el inminente rescate de 33 mineros desde la mina San José en el norte del país; la huelga de hambre de hermanos del pueblo mapuche... y todo eso metido en el contexto de haber celebrado 200 años de vida independiente como país.
La Iglesia en este contexto también ha tenido que decir cosas, acompañar en el dolor y la esperanza a unos y otros. Ese es su rol... Desde que se nos invitó en el Concilio Vaticano II y las posteriores Conferencias de Obispos en América Latina a ser una Iglesia abierta al tiempo y lugar en donde habita, siempre ha querido mostrar el rostro de la Esperanza a todos: Jesucristo el Señor.
No todos lo aceptarán, pero al ser enviados por el Señor, esperamos ser un aporte... Ojalá que cada cristiano comprenda el sentido mas profundo de su vocación, y la viva a plenitud. En Chile al querer construir una "Mesa para Todos", pensamos en abrir cada vez mas la dimensión participativa de los cristianos que habitamos Chile.
Que estos días sean llenos de bendiciones y esperanzas para todos...

2 comentarios:

Francisco Javier dijo...

A mí, antes de mi reencuentro con el Señor, cuando estaba alejado de él, lo que más me llamó la atención de una chica cristiana, fue la alegría que tenía; yo estaba por aquel entonces amargado. También recuerdo que mi padre se fijo una vez en la alegría que sentía un sacerdote que invitamos a casa. Mi padre es un hombre alejado del Señor. Cuando uno está metido en el pecado es infeliz y está amargado y esa alegría del cristiano... reluce. Es un fruto del Espíritu Santo... En el fondo, todo el mundo, lo sepa o no, necesita del Señor, así que cuando los sacerdotes tienden la mano... yo le doy las gracias a Dios por todo el bien que me ha hecho a través de los sacerdotes.

Francisco Javier dijo...

Que Dios le bendiga, Padre