viernes, junio 08, 2007

Cinco panes y dos peces

El texto anterior sobre el martirio y los testigos de la fe, veo que ha hecho pensar a muchos... me alegra eso. Significa que no somos indiferentes ante los sufrimientos ajenos, y que la humanidad también se diviniza al participar aunque sea de modo muy simple en la comunión de muchos que sufren por lo que creen. Como Roberto del Campo me pedía publicar más sobre el tema, transcribo una de las páginas del libro que leo (Cinco panes y dos peces, de Mons. Van Thuan)...
El libro está lleno de páginas como ésta... vuelvo nuevamente a decirles que si han pensado en comprar el libro, no lo duden, y a quienes no lo conocen, acá un aperitivo para que se entusiasmen.
"¿Puede usted celebrar la Misa en la cárcel?", es la pregunta
que muchos me han hecho innumerables veces. Y tienen razón: La Eucaristía es la más hermosa oración, es la cumbre de la vida cristiana. Cuando les respondo que si, ya se cual es la pregunta siguiente: "¿Cómo consiguió encontrar pan y vino?".
Cuando fui arrestado tuve que salir inmediatamente, con las manos vacías. Al día siguiente me permitieron escribir y pedir las cosas más necesarias: ropa, pasta de dientes... Escribí a mi destinatario: "Por favor,
mándame un poco de vino como medicina contra el dolor de estómago". Los fieles entendieron lo que eso significaba: me mandaron una botellita de vino de Misa con una etiqueta que decía: "medicina contra el dolor de
estómago", y las hostias las ocultaron en una antorcha que se usa para combatir la humedad. El policía me preguntó:
- ¿Le duele el estómago?
- Si.
- Aquí hay un poco de medicina para usted.
Nunca podré expresar mi gran alegría: Todos los días, con
tres gotas de vino y una gota de agua en la palma de mi mano celebraba la
Misa...
De todos modos, dependía de la ocasión. En el barco que nos llevó al norte celebraba la Misa en la noche y daba la comunión a los prisioneros que me rodeaban. A veces tenía que celebrar cuando todos iban al baño, después de la gimnasia. En el campo de reeducación nos dividieron en grupos de 50 personas; dormíamos en camas comunes; cada uno tenía derecho a 50 cms. Nos las arreglamos para que estuvieran 5 católicos conmigo. A las 21:30 había que apagar la luz y todos debían dormir. Me recogía en la cama para celebrar la Misa de memoria, y repartía la comunión pasando la mano bajo el mosquitero. Frabricamos bolsitas con el papel de los paquetes de cigarrillos para conservar el Santísimo Sacramento. Llevaba
siempre a Jesús Sacramentado en el bolsillo de la camisa.
Recuerdo lo que escribí: "Tú crees en una sola fuerza: La Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre del Señor que te dará la vida... "He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn. 10, 10).
Como el maná alimentó a los israelitas en su viaje a la tierra prometida, así la Eucaristía te alimentará en tu camino de la esperanza...

19 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE¡¡ estoy impresionado de la valentía. Imagino lo potente que debe ser leer el Evangelio en ese contexto, leer frases como "sean como ovejas entre lobos" entre esa feroz rutina, o "el Señor es mi pastor, nada me falta" mientras estas encarcelado. Estoy bastante conmovido.
Hace mucho tiempo escuché algo de un sacerdote que decía estar enfermo del estomago para poder celebrar la Eucaristía en la carcel y por fin ahora sé el nombre. Lo que no sabía era toda esa parte de "Me recogía en la cama para celebrar la Misa de memoria, y repartía la comunión pasando la mano bajo el mosquitero". Que Valentía. Que ejemplo. Siento que todo esto me llama a ser mas ezforzado. Un abrazo Cristián, gracias.

Claudio López Iscafre dijo...

Hola, te descubri caminando por otros blog y cuando entre vi que sos sacerdote!!! La verdad me resulto raro, distinto, moderno... uno tiene otra imagen en la cabeza. No se imagina a un cura posteando un texto. Igualmente me parece genial, este Dios moderno llamado Internet sirve tambien para comunicar pensamientos de todo tipo. Seguire pasando... no me gusta la iglesia y mucho menos la catolica, pero tu trabajo me parece bueno, mas alla de las creencias. Saludos desde Baires

Claudio López Iscafre dijo...

estimado Cristian, justo entraste a mi blog cuando habia subido una foto mia pasa copiarla al perfil personal. Ese post era temporario y lo voy a borrar, pero lei tu comentario. Espero seguir recibiendo otros. Un abrazo!!
PD: venis a la Capital Federal?

Blood dijo...

Hola Cristián. Sinceramente creo que este libro debería ser de lectura obligatoria para los que se dicen "católicos a su manera": de vez en cuando es bastante útil conocer las vivencias de uno de verdad.

Saludos sangrientos

Blood

Águila libre dijo...

Hola Cristián: Terrible el relato pero al mismo tiempo conmovedor.

Se hizo tanto para mantener la religión, a costa de todo, durante tantos pero tantos años, que de repente me da lata no ser buena católica. Trato, lo intentó, pero pucha que cuesta.

Muchos cariños,

María Paz

Anónimo dijo...

La fe es algo grandioso...más aún si se trata de fe en algo que ni el mejor de los entendidos podría explicar de modo objetivo. Y ejercerla en condiciones adversas, donde muchos de nosotros claudicaríamos, es digno de admiración.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

De verdad que es conmovedor. Como los primeros cristianos, que tenían que celebrar la Eucaristía a escondidas... Es una lástima que tenga que seguir siendo así...

icue dijo...

Pienso que la Eucaristia es manifestación de la infinita misericordia de Dios; no solo no nos rechaza, si no que al entregarsenos como alimento, nos identifica con El. Pido que ese sea nuestro vivir, como lo fué de Mos. Van Thuan y sus compañeros.
Agradecido Padre Cristian, por sus escritos que me hacen meditar

Daniel Mercado dijo...

La eucaristía sigue siendo misterio, nos eleva, nos cuestiona, pero sobre todo nos alimenta.

Armando Vallejo Waigand dijo...

Hola Cristian. Llegué tarde a tu 'post' anterior y me dio pena, pero te lo contaré aquí...

Yo procedo de Hungría. Mi madre es húngara (que casualidad, acabo de contar esto mismo en el blog de Daniel Mercado en relación a su último post) y yo también nací en Hungría. Vuelvo con frecuencia porque tengo muchos parientes. Mi familia es católica y, aunque yo no viví el comunismo, si noté sus efectos en su etapa final cuando de niño volvíamos de visita. Recuerdo que junto al fuego, mientras cantábamos y charlábamos, a veces había que bajar la voz. Era cuando se hablaba de política o de religión. Cualquier vecino podía denunciarte. Y aunque ya eran los últimos coletazos de la persecución religiosa, una frase 'equivocada' podía perjudicarte en el trabajo o crearte algún problema con la policía o a la hora de pedir un visado para viajar. Tuve un tío abuelo cura que se pasó muchos años en la cárcel por sus creencias y una prima monja (de mi edad) a la que no se le permitió vestir el hábito hasta la caída del Telón de Acero. Cuando pudo hacerlo, los viandantes la miraban asombrados por la calle.

Y sin embargo, creo que eso les hizo más fuertes en sus convicciones y su fe más pura. Cuando la religión es 'cómoda' o incluso está de moda, los creyentes nos volvemos 'light'. No deseo la persecución, líbreme Dios, pero no nos viene mal recordarnos a veces que no podemos acomodarnos. Tus dos últimos 'post' precisamente nos ayudan a ello. Gracias.

Cristian dijo...

A comentar sus comentarios...

BENJAMIN ARAYA: Que bueno que te gustó el texto, y claro, llega adar vergüenza a veces leer tanta valentía y ser uno tan cobarde. Bendiciones.

CLAUDIO LOPEZ: Bienvenido. Si miras en los blogs vas a descubrir varios más que pertenecen también a algunos colegas mios... nos seguimos comunicando. Bendiciones.

BLOOD: Así es... en todo caso te aseguro que hay cientos, miles de libros de esta misma factura y llenos de palabras tan sinceras y sencillas, pero fuertes como éstas. Bendiciones.

AGUILA LIBRE: Ya sabes que siempre hay un día para volver a empezar, y ser mejor católico también es una cuestión de opción, nada mas. Bendiciones.

LUIS ALEJANDRO: Tienes mucha razón en tus palabras, y claro que en condiciones adversas, sería aún mucho más dignos de admiración. Tus palabras hoy merecen mi reconocimiento para ti, gracias por ellas. Bendiciones.

JOSAN: Así es, una lástima, pero creo que la Eucaristía por ser el Sacrificio por excelencia, siempre tendrá esa veta. Bendiciones.

ICUE: Que bello y profundo lo que escribes. Gracias por ello, y claro, ojalá pudiesemos encarnar la Eucvaristía en nuestras vidas, como Mons. Van Thuan. Bendiciones.

DANIEL MERCADO: Sip, es un alimento... yo al menos siento que no podría vivir sin la Eucaristía, la necesito. Bendiciones.

ARMANDO VALLEJO: Y bien valió esperar que llegaras y nos comentaras parte de tu vida, que seguro nadie acá conocía. Te lo agradezco profundamente...¿podrías contarnos más en tu blog, o acá sobre eso? Yo te lo agradecería. Bendiciones.

Anónimo dijo...

Hola Cristian... Leer este relato me recordó a una de las tantas misas que reporteé alguna vez, en ella el Obispo nos contó esta historia a grandes rasgos... Sabes que me estremecí un poco cuando la oí. Igual... muchos de los que me conocen se extrañan de verme trabajar en la Iglesia, porque muy allegada a la fe no soy... sólo un poco, como blood dijo unos comentarios atrás... Soy "Católica a mi manera" y es que retratos como estos me hacen cuestionarme mucho acerca de la fuerza que muchas personas tienen para defender sus creencias y el bienestar que estas les dan.
Habemos personas a las que aún nos falta mucho por aprender... Mucho...

Alma

Iglesia San Sebastián dijo...

Padre Cristian, hermano y amigo, te enviamos un saludo desde Santiago.

Te felicitamos por este espacio que has creado, en verdad, es una motivación para nosotros...esperamos aprender más y así mejorar lo que tenemos.

Bendiciones

Marina Lassen dijo...

Cristian: es muy grande mi grata sorpresa de haber encontrado este sitio, me inundo de paz, tan necesaria...
Veo que tenes la edad de Cristo y mucha sabiduria... gracias por estar ahi
M

Fraternidad Seminaristas de Chillán dijo...

Hola Cristian:

n un retiro que nos predico un colega tuyo de Valpo, celbrando la Eucaristía, leimos parte de ese libro del Cardenal Van Thuan. Personalmente me fascinan la historia de quines han estado en campos de concentración o encarcelamientos similares..la sangre de los martires es semilla de cristianos...por ejemplo el p. Kentenich o Edtih Stein, claro que de ella poco se sabe, lo más probable es que mueriera en las cámaras de gas a dias de haber sido apresada. Seamos fuertes, sobre todo en nuestras propias carceles personales...firmes con Jesús, Hostia Viva..
Visitanos
un Abrazo
Eduardo Sandoval
Seminarista

TinaortiZ dijo...

Que buen libro, que lindo lo que cuenta!!! esa es FE verdadera
muchos saludos

Cristian dijo...

Otros más que llegan...
ALMA: Gracias por la sinceridad de tus palabras, eso también es testimonio, ya que no todos se atreven a confesar lo que tu nos dices. Bendiciones.

IGLESIA SAN SEBASTIÁN: Mi Capellán, bienvenido; que bueno que volvió por estos caminos. Claro que nos seguiremos leyendo. Bendiciones a tu comunidad y a ti por supuesto.

FRATERNIDAD DE SEMINARISTAS DE CHILLÁN: Eduardo, claro que así es... el testimonio de muchos, no quedó registrado del todo, como el de Edith Stein, pero tenemos sus bellos escritos espirituales... es mi siguiente libro de lectura. Bendiciones.

T.I.N.A.: Sip, así es. Bendiciones.

Cristian dijo...

Uppss!!! MARGARITA, perdona... te había saltado. Bienvenida a este lugar también, y gracias por tus palabras alagadoras para conmigo. Nos leemos. Bendiciones.

Aristóteles dijo...

¿Sabes? Estoy tan contento. Es un gusto enorme ver como la gente disfruta mucho el texto que has puesto en tu blog. La actitud de ánimo y esperanza que trasmiten estos verdaderos hombres de Iglesia.

Este viernes es día del Sagrado Corazón, nosotros tenemos una capilla con esta advocación de Jesús y lo festejamos con un triduo de Horas Santas y la Eucaristía. Por este motivo, el párroco traslada la fiesta del Jueves de Corpus Christi un día antes del Sagrado Corazón. Me toca presidir a mi la Eucaristía... ¡Ya tengo mi homilía! La vida de Monseñor Xavier.

Dios nos bendiga.