sábado, julio 29, 2006

Homilía 17º domingo del tiempo ordinario

17º domingo del tiempo ordinario
30.07.06

Lecturas
2 Re. 4,42 – 44
Ef. 4,1 – 6
Jn. 6, 1 – 15

Cuando la esperanza desparece en la vida del hombre, es porque ha dejado de cooperar con Dios en los milagros que éste a diario realiza. Este fin de semana las lecturas nos muestran líneas de acción por ese lado, y nos llevan a pensar en cuánto colaboramos en los planes de Dios. La multiplicación de los panes en el evangelio de Juan, y lo que vive el profeta Eliseo en la primera lectura, nos traen esa esperanza.
La primera lectura, tomada del 2 libro de los Reyes, nos habla sobre un milagro obrado por este profeta. Se trata de una multiplicación de panes y cebada para un centenar de hombres. No podemos dejar acá de pensar en el milagro que escuchamos en el Evangelio, respecto de lo mismo. Acá el poder de Dios se manifiesta a través de este profeta lleno del Espíritu Santo, como signo de esperanza para quines no tenían esperanza. El contexto de los libros de Reyes (1 y 2), está marcado por la desintegración del pueblo como monarquías. El norte y el sur están cayendo, el pueblo necesita apoyarse en algo, en alguien; Dios a través de sus hombres, los profetas, son los llamados a dar esa luz de esperanza y vida tan necesarias en tiempos difíciles. Eliseo, es el hombre que lucha por mantener la fe y esperanza en Israel, acorralada por los Sirios; en este segundo libro leemos varios milagros obrados de su mano, que quieren mostrarnos que Dios no olvida a su pueblo.
Pablo en la segunda lectura, tomada de la carta a los Efesios, les habla sobre la unidad en Cristo Jesús, que es fruto del Espíritu. Los cristianos debemos luchas por lograr esa unidad, que será la fuerza para hacer las demás cosas en la comunidad y vivir de acuerdo al querer de Dios.
En el Evangelio de Juan, este fin de semana leemos cómo Jesús realiza una multiplicación de los panes. Es un texto lleno de símbolos y gestos: El Señor en el monte, la multitud sentada, la Pascua judía próxima, el alimento que se multiplica, y que al sobrar no se desperdicia, el muchacho de los panes… todos los cuadros de este evangelio nos dan para hablar un largo rato. Solo rescataremos un par de elementos, como el hecho de que Jesús es la respuesta a las necesidades más profundas del hombre, dándose como Pan del cielo. Si, Jesús es la respuesta al hombre hambriento de milagros, de signos, de vida más profunda, de anhelos de vida eterna. Muchas veces el hombre no sabe que lo necesita, pero el Señor que prevée todos los escenarios, sabe que cosas son más urgentes en nuestra vida. Así les da esperanzas a un pueblo que busca respuestas, signos, vida. Él mismo es el alimento que tanto busca esa multitud. El texto que hemos leído está dentro de un discurso eucarístico, lo que se llama en teología “el discurso del pan de vida”: todo el capítulo 6 de Juan, es una catequesis eucarística, en la que se pretende presentar a Jesús como el Pan bajado del cielo.

Aprendizaje de vida:
- Jesús es el Pan de vida: Esto no es solo un título para esta parte de la meditación; es lo que Juan quiere mostrarnos en el Evangelio, y lo que termina descubriendo la multitud que come ese pan. Nosotros hoy somos esa multitud que le busca por signos, pero Él se nos muestra como el Pan que necesitamos para alimentarnos en el camino de la vida. A veces creemos que no necesitamos alimentarnos espiritualmente, pero la verdad es que Dios tiene hambre de que nosotros tengamos hambre de Él.
- El Señor es el que nos da la esperanza: Si hay espacios en nuestra vida que necesitan ser llenados, esos espacios son los que se refieren a la felicidad y la esperanza. Hoy vemos en las lecturas cómo Dios llena esas expectativas: un pueblo acosado, y Dios a través de Eliseo concita esperanzas, la multitud deseosa de signos, y el Señor les alimenta… todas las esperanzas del hombre, saciadas por Dios.
- Unidad como fruto de la unión con Cristo: San Pablo descubre que la unidad es la clave en la vida de la comunidad, y así lo expresa magistralmente en este texto a los Efesios; para eso se debe luchar por crecer en la humildad, la amabilidad y la paciencia; así llegará la paz y la unidad en Dios trino y en la comunidad.

Pidamos al Señor poder reconocerle como Pan de vida, y ser además artífices de unidad y esperanza para construir su reino. Amén.

jueves, julio 27, 2006

Día después de la lluvia

Este día quiero regalarles una vista de Concón después de la lluvia; aunque estamos a la orilla del mar, la vista de la cordillera nevada (y más específicamente de el cerro "La Campana"), es espectacular. son pocos los días que se ve esto, así es que simplemente disfruten de los regalos que Dios nos da en la naturaleza... el frio??? Siiiii, hace mucho

martes, julio 25, 2006

Clamemos a Dios por la Paz

Hoy recibí por correo electrónico una petición que las comparto con uds. para orar por la paz en Medio Oriente:

Las carmelitas Descalzas de Harissa. Líbano
" Ayer tarde el Primer Ministro Saniura, delante del Cuerpo diplomático hizo una llamada urgente a toda la familia humana pidiendo, más aún suplicando que cese el fuego y ofrezcan a nuestro país una ayuda humanitaria y añadió : hace 7 días que Israel bombardea y destroza al Líbano, las victimas pasan ya de 300, los heridos de más de mil, medio millón de refugiados los hospitales llenos, faltan las medicinas y la alimentación. La populación vive en la angustia y el dolor"
No sigo ya más, el llamamiento del Primer Ministro es de gran urgencia… que cese el fuego. Hoy se nos pide a nosotras que digamos una palabra. Del profundo del corazón brota una sola : PAZ. Hermanos y Hermanas, todos unidos en el Corazón de Dios supliquemos misericordia y perdón, que nuestra oración en el Dulce Corazón de María llegue al Señor, que la FE no se apague en el corazón de los libaneses y en medio del humo negro de las bombas sepamos descubrir el misterio de Dios, creemos en su amor… que nuestros ojos no se aparten de nuestro Dios Crucificado por amor. El Líbano sabe amar..quiere vivir... y si hay que morir, será amando y entrar así en la Vida..
Hermanos todos, no olvidéis que el Líbano agoniza y os da un mensaje, se llega a la Paz amando…NO matando y destruyendo, la Paz es vida y no muerte. Abracémonos como hermanos y supliquemos al Señor y a la Virgen Inmaculada que nuestro holocausto dé frutos de amor…"
Sin tiempo para extendernos…con toda la gratitud del pueblo libanés !!!
El amor tiene que triunfar !!!


Carmel de la Théotokos et de l'Unité
Rue Saint Joseph
Harissa
Liban

Tél: 961 9 263889
Fax: 961 9 260792
E.mail:
hatheomo@idm.net.lb

lunes, julio 24, 2006

Arreglando el blog

Después de varias jornadas navegando por internet, pude lograr algo que creí jamás lograría... arreglar un poco el blog, sumando links (sitios imperdibles), cambiando idioma a algunas cosas escritas en inglés, agregando radios católicas, reloj, etc... Me leí cuantos blogs me hablaban de plantillas de páginas de internet, o más específicamente de plantillas de blogs; y logré "enchular" un poco el mío. Espero ir agregando más cosas en la medida que logre familiarizarme más con las plantillas de las páginas. Si alguien me puede ayudar, o sugerir cosas, bienvenido sean. Espero lograr llegar a más personas y poder evangelizar desde este blog, para dar mayor gloria a Dios.

viernes, julio 21, 2006

¿Cómo leer la Biblia? III

Seguimos con la lectura de la Biblia y otros criterios para que le saques partido. Espero que te sirvan para que la Biblia deje de ser un libro ajeno a tu vida.

  • Interpretación: Un criterio importante al leer la Biblia es saber interpretar correctamente lo que el autor sagrado inspirado por Dios quiso decir; no se trata de quedarse con la letra, hay que sacar el espíritu de la letra. Es importante para esto encomendarse al Espíritu Santo; y no caer en fundamentalismos, como lo hacen algunas sectas, que toman textos y los aplican literalmente. Si revisas los anteriores post, allí hay criterios sobre la comprensión correcta del texto (lo de las introducciones y notas al pie de página).
  • Relectura: Volver a leer el texto varias veces; sacar entre líneas lo que Dios me dice, subrayar palabras que no conozcas para averiguar sobre el sentido de ellas, subrayar verbos, palabras y frases que me dicen algo. Esto es como hacer una Lectio (tranquilo, ya hablaré sobre la lectio) que te ayuda a interiorizar en el corazón la Palabra.
  • Leer en el contexto: Cada texto no está solo en un capítulo, está relacionado con otros, y necesita ser puesto en contexto, dentro de unos versículos, en un capítulo, que está amparado por la intención del autor de cada libro y que los exégetas han descifrado en sus estudios. No interpretes ni leas versículos solos, haciéndolos decir lo que en realidad no dicen; eso lo hacen las sectas milenarias y fundamentalistas, no los católicos.

ok, otro dia continuamos leyendo la Biblia con fruto. Bye

Homilia 16º domingo del tiempo ordinario

Domingo 16º del tiempo ordinario
23.07.06

Lecturas
Jr. 23, 1 – 6
Ef. 2, 13 – 18
Mc. 6, 30 – 34


Las lecturas de este fin de semana tienen una invitación importante a la intimidad con el Señor; también nos hablan sobre el rol del pastor de la comunidad. Ambas cosas tienen que ver con la vida de cada uno de nosotros. Si no tenemos cercanía con el Señor, no hay nada que valga la pena ni se entienda; si no vemos a pastores que nos guíen, difícilmente conoceremos el rostro de Dios.
La primera lectura del profeta Jeremías, nos habla de pastores malos, de un “resto” del pueblo que será reunido, de un descendiente de David que reunirá a todos. El texto en el libro está en medio de unas condenas a reyes y falsos profetas, por lo que podemos decir que los que les ha correspondido ser pastores (Autoridades y profetas), no han hecho bien su papel: han dispersado más que congregar, han desparramado mas que apacentar. Por ello, el Señor suscitará un descendiente (de un rey) de David que será pastor para todos. El pueblo tiene que dejarse apacentar también para no alejarse del Señor.
La segunda lectura de Pablo a los Efesios nos habla sobre algo tan antiguo en el mundo como el hombre: la separación que ponemos entre razas y culturas. En este trozo de la carta a los Efesios les habla sobre la reconciliación que Dios obró en Jesucristo entre los judíos y los “paganos” o griegos, haciendo de ellos un solo pueblo reconciliado en el cuerpo de Cristo. La paz es el principal beneficio de esta alianza en el Espíritu del Padre.
En el Evangelio, seguimos haciendo lectura casi continua de Marcos, en donde hemos leído las semanas anteriores que Jesús es rechazado por los suyos y se asombra de su falta de fe (14º domingo); la semana pasada Jesús envía a los discípulos a anunciar su mensaje de salvación humildemente (15º domingo); hoy, leemos el regreso de esos discípulos enviados, y son invitados a pasar un tiempo a solas con Jesús para descansar juntos, sin embargo, las gente se agolpa para verles y escucharles. Jesús, al ver la multitud, se compadece, porque estaban como ovejas sin pastor. Y les enseña un largo rato – dice el texto-. El texto continúa con una multiplicación de panes, que hoy no alcanzamos a leer en la liturgia. Pero ya con los antecedentes que tenemos, podemos afirmar la necesidad de la multitud de Dios, ¿y quién no lo necesita? Los discípulos necesitan ese rato de intimidad con Jesús, la multitud necesitan claridad respecto de alguien que les hable del reino, ya que los dirigentes judíos no han sido capaces de comunicar a Dios con el pueblo.

Aprendizaje de la Palabra:
- Unidad en torno a Dios: Las lecturas tienen como punto común, la unidad, el reunirse en torno a Dios. Así lo plantea Jeremías (“Yo mismo reuniré a mis ovejas…”); así lo plantea Pablo a la comunidad de Corinto (“El ha unido a los dos pueblos en uno solo…”); y el Evangelio nos habla de que la multitud se congregaba en torno a Jesús, quien les enseñaba compadecido de verlos como ovejas sin pastor. La unidad es la clave en todo ámbito de vida para realizarnos como sociedad; con mayor razón en torno a la persona del Señor Jesús en la Iglesia. Debemos luchar por lograr esa unidad, solo de ese modo podremos construir verdaderamente una comunidad de vida.
- Unidad en torno a los pastores buenos: Leemos este fin de semana que hay pastores que no son buenos; a más de alguno conocemos hoy. Pero el real peligro está en alejarse de los verdaderos y buenos pastores que hay en nuestra Iglesia. De los pastores malos, el Señor pedirá cuentas; nosotros sencillamente estamos llamados a seguir a Jesús, de quien los pastores son los cuidadores de su rebaño.
- Cercanía con el Señor Pastor: Una propuesta de intimidad con el Señor que es nuestro pastor nos llevará por buen camino. El católico debe centrar su vida en este “descansar” del que habla el Evangelio, el acercarse y buscar al Señor para prepararse a enfrentar el mundo en el que nos toca vivir. Sin el Señor, andaremos errantes, “como ovejas sin pastor”; y el Señor quiere pastorearnos a través de su Iglesia.

Pidamos este fin de semana poder acercarnos a su persona, dejarnos pastorear, que no es siempre fácil, aprender a reconocer a nuestro pastor en medio de las dificultades y vivir como un solo cuerpo, como el Cuerpo de Cristo (Iglesia) en torno a un solo pastor. Amén.

Blogs de Dios

Desde que entré a este tema de los blogs, he encontrado sitios muy interesantes en torno al catolicismo. Hay todo un mundo por conocer a través de estas bitácoras en las que uno se topa de todo un poco. Hay un directorio de glogs católicos en www.dirblogscatolicos.blogspot.com que es actualizado con relatividad. Ahora, en google, si ponen la voz "blogs catolicos", también encontrarán algunas cosas interesantes. Es realmente sorprendente como a través de internet Dios viaja también en cientos de personas que se encargan de llevarle a través de ciber espacio.

lunes, julio 17, 2006

Inmensamente feliz


El otro día, chateando con un amigo por msn, me preguntaba cómo me sentía yo en el ministerio sacerdotal... "feliz", le respondí... "pero cuánto" volvió a preguntarme... "inmensamente"... le respondí casi instintivamente. La verdad es que el tema de la felicidad en mi vida, es un criterio de discernimiento para saber cómo estoy en mi vida espiritual. Cada mañana al levantarme, me pregunto si soy feliz; por lo menos hasta hoy en la mañana, la respuesta sigue siendo la misma: si, soy feliz.
Eso no quita de que un sacerdote no tenga penas y sufrimientos en su vida, los tenemos como todos los seres humanos. A mi me hace sufrir y me causan una inmensa tristeza también muchas cosas: el hecho de que Dios no sea amado; el ver que el trabajo que uno hace con la comunidad a la que sirve, no siempre es recepcionado como uno lo quería; la partida de un sacerdote del ministerio; problemas familiares; los problemas de la gente, etc. que personalmente muchas veces me absorven más de lo que debiera ser...
En todo caso el balance es positivo, más de lo que yo hubiese esperado o soñado. Ver como lo que has sembrado de a poco va dando fruto, el cariño de la gente que te rodea, saber que hay gente que lo da todo por el Evangelio... ufffff, muchas cosas me hacen feliz... el saberme amado por Dios, mi familia, mis amigos, en fin, demasiadas cosas.
Al responderle instintivamente a mi amigo "gato" Silva que era inmensamente feliz, jamás pensé que le ayudaría tanto en su vida, a cambiar la percepción de la misma. Que seamos felices es la primera voluntad de Dios, y por eso es nuestra obligación buscar esa felicidad correctamente. Espero que tu también descubras las personas, situaciones y cosas que te hacen feliz en la vida, que distan mucho de las cosas, situaciones y personas que te propone el mercado por televisión, radio, periódicos o internet. Hay muchas razones para ser feliz, para decírselo a un amigo cuando necesita escuchar eso, para ayudar a un desconocido, para amar de corazón a los que te rodean.
Hasta el próximo post.

sábado, julio 15, 2006

¿Que profeta soy?

Muchas veces en la vida tenemos que responder a las cosas que vemos en la vida, y no siempre tenemos la palabra adecuada. Somos profetas de este tiempo, y la palabra de Dios nos puede iluminar sobre qué tipo de profeta soy.

Homilía del 15º domingo del tiempo ordinario

Lecturas
Amos 7, 12 – 15
Sal. 84
Ef. 1, 3 – 14
Mc. 6, 7 – 13


La semana pasada hablábamos de vocación profética en las lecturas; este fin de semana las lecturas nos confirman esa misma línea, y nos invitan a reconocer esa vocación profética a la que somos llamados. Un punto alto en las lecturas es el hecho de reconocer una misión que no es nuestra, sino un encargo que cumplir.
La primera lectura, tomada del profeta Amós, nos habla de su vocación, de cómo el sacerdote del templo de Betel (Amasías), en donde Dios le ha enviado a profetizar, lo echa desde el reino de Israel, para que se vuelva a Judá (su tierra). En el reino de Israel, la corrupción estaba casi institucionalizada, y por eso Dios envía a este profeta, que no es de familia profética, y que por lo mismo, no tiene nada que perder en decir la verdad. En Israel, encuentra incomprensión y desaprobación frente a su ministerio de anuncio y denuncia. En ese contexto, el texto de hoy, en donde leemos como claramente el sacerdote Amasías lo echa del santuario, diciéndole que “ese es un santuario del rey, un templo del reino”… A ese nivel la corrupción, o sea, si quiere ser profeta, debe decir lo que el rey quiere escuchar, lo que la gente del reino quiere oír. Como Amós no es profeta que se venda, le aclara que su vocación no es de “profeta”, sino que era pastor de un rebaño. Eso lo deja libre del “sistema” y logra ver las cosas desde Dios, como debe hacerlo un profeta.
La segunda lectura de Pablo a los Efesios, tiene como norte el alabar a Dios por Cristo, en quien nosotros hemos recibido toda clase bienes espirituales y celestiales. En Él hemos sido escogidos para ser santos ante Dios. Ese don de Dios es lo que quiere compartir con cada uno de nosotros.
El Evangelio de Marcos quiere mostrarnos el ministerio que Jesús les encomienda a los discípulos; es un texto lleno de significado. Anteriormente, el Señor ha sido rechazado por los suyos (“Un profeta solo es despreciado en su familia…”). La semana pasada, veíamos como el rechazo se hacía evidente en su propio pueblo; hoy vemos como Jesús envía a los suyos a anunciar la salvación a todos. El anuncio principal es a la conversión, que vendrá acompañada de gestos de misericordia; y la forma principal es ir desprovisto de todo tipo de seguridades. Ese es el modo de anunciar el reino a quienes quieran escuchar el mensaje de salvación del Reino de Dios.

Aprendizaje de la Palabra:
- Libertad frente a los hombres para hablar de Dios: La impactante primera lectura, debe hacernos caer en cuenta que por nuestra vocación profética, ninguno de nosotros se debe al mundo, que no quiere escuchar hablar de Dios. Ya la semana pasada definíamos algunos rasgos proféticos, como el hablar de parte de Dios, el denunciar las cosas injustas a los ojos de Dios, el hablar siempre en nombre de Dios, y no el propio… esas cosas quedan más que claras en el texto de Amós este fin de semana. Nosotros debemos aprender de la respuesta de Amós, y librarnos del “que dirán si…” que nos paraliza y nos hace hablar otras cosas, que no siempre son de Dios. En la libertad de hijos de Dios, nosotros tenemos una vocación increíble y llena de aventuras junto al Señor. ¿En donde soy profeta? Nos preguntábamos la semana pasada; hoy debo preguntarme ¿Qué es lo que hablo como profeta?, ¿qué actitudes tengo de profeta? Libertad frente a los hombres, y dependencia de Dios son las claves para respondernos a estas preguntas.
- Acogida personal del mensaje de salvación: Hay algo que salta a la vista claramente en las lecturas este fin de semana, y es la acogida del mensaje del Señor. Pablo habla de pura gratuidad de parte de Dios Padre; Jesús habla en el Evangelio de ir a anunciar a quien quiera acoger el mensaje de salvación. Esta es una de las premisas en las lecturas: la gratuidad en aceptar la salvación de Dios.

Pidamos este fin de semana poder avanzar como profetas del Señor en su difusión del plan de salvación y tener la humildad de aceptar su salvación en nuestra historia. Amén.

sábado, julio 08, 2006

Madrugadores


Quiero contarles de algo que me está pasando... no se asusten, no es nada malo, es simplemente contarles de parte de mi ministerio sacerdotal. Se trata de los madrugadores. ¿que son? comunidades de varones que se reunen cada 15 días a madrugar a las 7 de la mañana en distintos lugares de Chile, y ahora también del mundo. Surgieron en torno al movimiento de Schoenstatt, y el objetivo principal es tratar de ser buenos varones en el estado de vida que nos encontremos, ya sea como papás, esposos, pololos, solteros, etc. En la parroquia donde sirvo (Concón), hay una comunidad que fundamos el año pasado, y de a poco ha ido creciendo al amparo de la Madre del Cielo. Acá celebramos la Misa en esas madrugadas, y de acuerdo al "formato de los madrugadores", tomamos un desayuno y compartimos algo mas después. Ni sé cómo me hice madrugador, pero hoy lo necesito para mi ministerio: me hice adicto... Hay un sitio en internet en donde pueden informarse de quienes somos y cómo vivimos nuestras vidas, se trata de www.madrugadores.cl; allí pueden encontrar información clara y precisa sobre esta espiritualidad de "club de tobi". Si tienen la oportunidad de ir a una madrugada, no lo duden, es una experiencia muy enriquecedora.
Hasta la próxima...

No hay ciegos mas grandes que los que no quieren ver

Al leer las Palabras de la Misa de este fin de semana, no dejo de cuestionarme cuantas veces yo he sido como los habitantes de Nazaret que describe el Evangelio. Sin embargo, me consolaron las palabras de Pablo. A ver cómo les va a uds.



14º domingo del tiempo ordinario
09.07.06

Lecturas
Ez. 2, 2 – 5
Sal. 122
2 Cor. 12, 7 – 10
Mc. 6, 1 – 6 a

“No hay pero ciego que el que no quiere ver, ni sordo, que el que no quiere escuchar”, dice un famoso refrán. Esto hoy lo podemos aplicar a las lecturas de este fin de semana, porque la crítica del Dios a través del profeta Ezequiel en la primera lectura, y la de Jesús en el Evangelio de Marco, nos muestran esa realidad: lo lejano que podemos estar de lo que Dios quiere para nosotros.
En la primera lectura, tomada del profeta Ezequiel, nos habla de una crítica y advertencia de parte de Dios para con el ministerio que deberá enfrentar: un pueblo revelde y duro de corazón, que se ha sublevado contra Dios. Allí, en medio de esas dificultades, el profeta debe realizar su ministerio. Sin hablar directamente de la vocación del profeta, el texto nos quiere llevar hasta allá…¿Quién es el profeta? El que actúa en medio del mundo (Yo te envío…), hablando de parte de Dios (Un Espíritu entró en mi…), aún en medio de las dificultades para anunciar esas palabras del Señor (Son hombres obstinados y de corazón endurecido) a tiempo y a destiempo (Y sea que escuchen, o se nieguen a hacerlo).
San Pablo, en la segunda carta a la comunidad de Corinto, les habla sobre parte de su vida, de la debilidad que lleva en su carne, de cómo en su oración, Dios le ha consolado para hacer de ella su fortaleza: Pablo ha debido aprender a apoyarse en la gracia de Dios, allí está su fortaleza, cuando se abandona a la gracia de Cristo puede salir airoso en las dificualtades. En su vida y ministerio, Pablo experimenta sus debilidades, pero esto no es freno para que deje de anunciar a Cristo Resucitado.
El Evangelio de Marco nos habla hoy sobre una estadía de Jesús en su pueblo (Nazaret), y de la falta de fe de los habitantes de este lugar, que se cuestionan con incredulidad sobre el orígen de Jesús ¿De donde le viene esta sabiduría?, ¿No es acaso el carpintero? etc. “y Jesús era para ellos, motivo de escándalo”. La enseñanza viene de la mano del ser profeta, que no es escuchado en medio de los suyos. “Y él se fue sorprendido de su falta de fe”. Con esas duras palabras, finaliza el evangelio de hoy. No deja de ser fuerte esas palabras, que bien podemos hoy sentirlas cuando miramos a nuestro alrededor.

Aprendizaje de la Palabra:
- Debemos ser profetas del mundo de hoy: Cuando leemos el texto de Ezequiel, sobre la advertencia del Señor respecto del pueblo al que debe hablarle, uno podría pensar que el profeta pudo haber flaqueado en su misión; sin embargo, bien sabemos que no fue así, al contrario, asumió ese camino con todas sus consecuencias. Hoy, nosotros estamos llamados a ser profetas, y reconocer nuestra vocación. Por el bautismo, todos hemos sido constituidos en profetas, y aunque la audiencia a la que hablamos no escuche, no por eso tenemos que dejar de ser profetas. La verdadera vocación profética que tenemos, está afirmada en nuestro seguimiento del Señor Jesús, que nos da la fuerza, tal como a Pablo, que no se deja llevar por la debilidad de su humanidad, sino que encuentra en ella su fortaleza.
- Mirar con mas cuidado a nuestro alrededor: Uno de los puntos del Evangelio que no podemos pasar por alto, es el hecho de que la gente de Nazaret no es capaz de mirar más allá del origen de Jesús, y no se dan cuenta de quien se trata, porque no reconocen sus obras por la falta de fe. El no tener fe, definitivamente nos pone ciegos, no nos deja ver mas allá de nuestros sentidos, y nos limita al reconocer verdaderamente al Señor. Acá hay una nueva razón para creer: Esto, nos capacita para reconocer la presencia de Jesús en nuestra historia, además de alcanzarnos la salvación.
- Nuestra fortaleza, es la debilidad: En Jesús Pablo se explica sus debilidades, allí las fortalece y acepta como parte de su cruz. Hoy, que nosotros arrancamos muchas veces de ellas, miremos a Pablo y pidamos esa fe también.

Cuando iniciemos esta semana, no dejemos de tratar de ver más allá de las apariencias, de escuchar a nuestro alrededor para descubrir la mirada de Dios, la voz de Dios a nuestro alrededor. Eso nos ayudará para caminar más seguros en este seguimiento del Señor. Amén.

domingo, julio 02, 2006

¿Cómo leer la Biblia? II


Continuemos con nuestra lectura de la Biblia, recuerda darte tiempo para poder sacar el mejor provecho de ella. No estás frente a cualquier lectura que puedas hacer apuradamente, la idea de leer la Biblia, es querer conocer mejor a Dios.

  • Un libro de fe: La Biblia, no es un libro cualquiera. En ella está la historia de un pueblo (Israel) junto a Dios; la historia de Jesús el Señor y sus discípulos, de cómo enfrentaron situaciones una vez que el Señor ya no estaba con ellos. Al leer la Biblia debemos tener presente que no es una novela, o un libro de historia, aunque nos cuente una historia... no, es un libro de fe, en donde ha quedado plasmada la experiencia del hombre con Dios. Por ello, la Biblia nos sirve hoy, hombres y mujeres del siglo XXI para enfrentar nuestras historias y ponerlas a la luz de la fe.
  • Acercarse a ella sin prejuicios: Al leer la Biblia, no podemos partir de premisas, de que es bueno, o es malo; de hecho, yo jamás he leído un comentario a cerca de ella, sino simplemente que es un libro distinto a millones que hay por ahí dando vueltas. Tampoco leas la Biblia esperando encontrar frases para justificar nuestro actuar cuando sabemos que no es correcto. "¿Dónde dice que?"... es una frase típica que siempre escucho; No podemos leer la Biblia tratando de encontrar frases que nos justifiquen. La Biblia se lee y se acepta tal cual es: Como Palabra de Dios.
  • Déjate sorprender: Si tienes costumbre de leer la Biblia, una de las tentaciones es creer que nos sabemos de memoria los textos, sus historias y enseñanzas. Ese es un grave error. La Biblia siempre es Palabra Nueva, sabia nueva, lectura distinta. Con Dios, no descartes el factor sorpresa, sino solamente déjate sorprender. La Palabra del Señor siempre nos da nuevas luces, aunque hayas leído miles de veces ese texto.

Ok, por hoy, lo dejo hasta acá... bendiciones

Fe y dignidad humana



Cuando fe y dignidad van de la mano, es el Señor quien ha entrado al corazón del hombre...



13º domingo del tiempo ordinario
02.07.06

Lecturas
Sab 1,13-15; 2,23-24
2 Cor 8,7-9.13-15
Mc 5,21-43

Las lecturas de este fin de semana nos quieren hacer pensar sobre la necesidad de ser solidarios, equitativos, de pensar en las necesidades de otros; además, el Evangelio nos hablará sobre unos milagros en las manos del Señor que traerán un nuevo sentido a las vidas de quienes los viven.
La primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría, nos habla sobre la dignidad de la persona; este texto no deja de sorprender sobre la claridad del autor respecto de lo fundamental que es reconocer en cada hombre lo que Dios ha plasmado: si dignidad como creación suya: Dios creó al hombre para que fuera incorruptible y lo hizo a imagen de su propia naturaleza... Reconocer esto, es la base de ser creatura.
En la segunda lectura, Pablo en su carta a los Corintios les alienta a la generosidad de los bienes que poseen, para que nadie pase necesidades. En estas comunidades, Pablo realizaba colectas para la mantención y cuidado de otros hermanos que no han tenido la oportunidad de gozar holgadamente de bienes, y por esto recurre a la imagen de Cristo, que siendo rico se ha hecho pobre para enriquecernos a todos. Esto también es cosa de dignidad.
En el Evangelio de Marcos, estamos en la región de los gerasenos, al otro lado del Jordán, y allí se producen estos dos milagros que tienen mucho que ver con la dignidad: una mujer que sufre hemorrágeas, y que por eso era impura (marginada de la sociedad) y una niña, hija del jefe de la sinagoga a la que debe resucitar, para mostrar el poder de la vida sobre la muerte. Ambos casos (la mujer y Jairo, el jefe de la sinagoga), son probados en la fe, y viven la experiencia del abandono en las manos del Señor.

Aprendizaje de la Palabra:

- La dignidad del hombre: Uno de los puntos altos este fin de semana es lo relacionado con la dignidad del ser humano; y el tema aparece abordado en las lecturas desde distintos ángulos. Tenemos algo de Dios, y esa es la principal causa de nuestra dignidad como seres humanos (1ª lectura), por ello mismo no podemos permanecer indiferentes ante las necesidades de quienes están al lado nuestro (2ª lectura) y Jesús nos da el ejemplo al atender todas las necesidades que se presentan a su alrededor. Hoy, a nosotros se nos ofrece la oportunidad de no despreciar a nuestros hermanos, sino más bien reconocer en ellos el rostro de Dios y aprender a tratarlos de acuerdo a la dignidad que tienen. La Palabra de Dios nos exige colocarnos a la altura de todo hombre que sufre, de todo aquel a quien no se le considera ni se le respeta. La dignidad de cada ser humano es sagrada, intocable, y tomaremos más conciencia de ello en la medida que nos miremos nosotros primero y veamos a Dios en nuestro rostro.
Pidamos al Señor este fin de semana ser capaces de reflejar su rostro, de reconocerle en los demás y encontrar nuestro camino junto al suyo. Amén.