domingo, julio 02, 2006
Fe y dignidad humana
Cuando fe y dignidad van de la mano, es el Señor quien ha entrado al corazón del hombre...
13º domingo del tiempo ordinario
02.07.06
Lecturas
Sab 1,13-15; 2,23-24
2 Cor 8,7-9.13-15
Mc 5,21-43
Las lecturas de este fin de semana nos quieren hacer pensar sobre la necesidad de ser solidarios, equitativos, de pensar en las necesidades de otros; además, el Evangelio nos hablará sobre unos milagros en las manos del Señor que traerán un nuevo sentido a las vidas de quienes los viven.
La primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría, nos habla sobre la dignidad de la persona; este texto no deja de sorprender sobre la claridad del autor respecto de lo fundamental que es reconocer en cada hombre lo que Dios ha plasmado: si dignidad como creación suya: Dios creó al hombre para que fuera incorruptible y lo hizo a imagen de su propia naturaleza... Reconocer esto, es la base de ser creatura.
En la segunda lectura, Pablo en su carta a los Corintios les alienta a la generosidad de los bienes que poseen, para que nadie pase necesidades. En estas comunidades, Pablo realizaba colectas para la mantención y cuidado de otros hermanos que no han tenido la oportunidad de gozar holgadamente de bienes, y por esto recurre a la imagen de Cristo, que siendo rico se ha hecho pobre para enriquecernos a todos. Esto también es cosa de dignidad.
En el Evangelio de Marcos, estamos en la región de los gerasenos, al otro lado del Jordán, y allí se producen estos dos milagros que tienen mucho que ver con la dignidad: una mujer que sufre hemorrágeas, y que por eso era impura (marginada de la sociedad) y una niña, hija del jefe de la sinagoga a la que debe resucitar, para mostrar el poder de la vida sobre la muerte. Ambos casos (la mujer y Jairo, el jefe de la sinagoga), son probados en la fe, y viven la experiencia del abandono en las manos del Señor.
Aprendizaje de la Palabra:
- La dignidad del hombre: Uno de los puntos altos este fin de semana es lo relacionado con la dignidad del ser humano; y el tema aparece abordado en las lecturas desde distintos ángulos. Tenemos algo de Dios, y esa es la principal causa de nuestra dignidad como seres humanos (1ª lectura), por ello mismo no podemos permanecer indiferentes ante las necesidades de quienes están al lado nuestro (2ª lectura) y Jesús nos da el ejemplo al atender todas las necesidades que se presentan a su alrededor. Hoy, a nosotros se nos ofrece la oportunidad de no despreciar a nuestros hermanos, sino más bien reconocer en ellos el rostro de Dios y aprender a tratarlos de acuerdo a la dignidad que tienen. La Palabra de Dios nos exige colocarnos a la altura de todo hombre que sufre, de todo aquel a quien no se le considera ni se le respeta. La dignidad de cada ser humano es sagrada, intocable, y tomaremos más conciencia de ello en la medida que nos miremos nosotros primero y veamos a Dios en nuestro rostro.
Pidamos al Señor este fin de semana ser capaces de reflejar su rostro, de reconocerle en los demás y encontrar nuestro camino junto al suyo. Amén.
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