sábado, octubre 04, 2008

San Francisco y las mascotas

Hoy, 4 de Octubre, el santoral de la Iglesia recuerda la memoria de san Francisco de Asís, el más santo de todos los santos, dicen algunos. No hay duda que un tremendo ejemplo de humildad, sencillez y pobreza como signo de su unión con Cristo, a quien conoció entrada en su juventud. Se dice de él muchas cosas, entre otras, su sintonía con la naturaleza y los animales más específicamente, a quienes hablaba constantemente y les invitaba a alabar en su modo al Creador de todas las cosas.
A raíz de esta fama, en este día se bendicen las mascotas en todos lados. Hoy, acá hay dos bendiciones de mascotas, pero acá quiero reparar en algo que veo que crece enormemente, y no se donde va a llegar: me refiero a la sobreprotección a ellas, que puede caer en cosas que rayan en lo excéntrico (no hablo del veterinario o la peluquería, ni menos de los alimentos, que acá son cosas habituales) haciendo que el tema se desvirtúe para mal. Hablo de sacar del centro las cosas esenciales para darles importancia excesiva a los animales: no estoy en contra de quienes cuidan de ellos, y se preocupan de modo concreto, pero cuando por ejemplo una mamá deja de atender a su hijo que llora en un coche, y tiene un perro en los brazos a quien acaricia, sin siquiera inmutarse por el llanto de su hijo... creo que hay que preocuparse.
En la Biblia, cuando Dios crea al hombre, le da la ayuda adecuada para que no esté solo, incluso el hombre le pone nombre a todos los animales creados, pero en ellos no estaba lo que necesitaba, y así crea a la mujer para que de verdad no esté solo (Gn. 2, 19 - 23). Es a ésto a lo que me refiero: es cierto que las mascotas nos alegran la vida... ¿a quien no le gusta un lindo perro, o un gato, o incluso una tortuga? A todos creo, pero a no perder el norte por ellos. Son animales, y jamás de los jamases reemplazarán la ayuda y atención que merece un ser humano.
En Europa, se de muchos que han reemplazado los hijos por las mascotas (tendencia que está al parecer tomándose por estos lados), y eso preocupa... ¿qué nos pasa?, ¿tan mal estamos?, ¡poqué hacemos esto!... eso me preocupa.
Dios nos creó para estar con él, y al final cuando nos llame a estar con Él, y toda la creación sea recreada en el cielo nuevo y la tierra nueva, seguramente nuestras mascotas no estarán ocupando ese lugar de privilegio que hoy le estamos dando, sino serán los seres humanos que hemos reemplazado por los animales... Santo Tomás en la Summa Teologica dice que los animales tienen alma animal, y que por ello no gozarán de la salvación como si lo hará el hombre... la Redención de toda la creación será de acuerdo a nuestra naturaleza y capacidad, o sea, el hombre y luego el resto de la creación...
Mmmmm... salió medio desordenado esta entrada, pero estoy contrarreloj... de hecho, me voy a una bendición de mascotas.  Espero que no se molesten con mi sinceridad al escribir estas desordenadas líneas, son solo los pensamientos que salieron miestras trotaba esta mañana... Cuidense. Bendiciones.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Y el concepto de pobreza franciscana cuando alguien sabe vivir dignamente en su pobreza ha trascendido lo propiamente cristiano para volverse parte del lenguaje cotidiano (al menos, no veo el calificativo como si fuese algo negativo).

Todo debe de ir en la justa medida...las mascotas también son seres vivos y muchas veces tienen un significado emocional tremendo; pero no por ello hemos de descuidar la relación con nuestra propia sangre.

Hace poco, en otro Blog donde leía acerca del lamentable fallecimiento de un gato muy querido, alguien sostenía que si el paraíso celestial es sin mascotas, prefería no estar allí. No me considero en posición para determinar si las mascotas debiesen de estar en esa eternidad o no.

Saludos afectuosos, de corazón.

jose carlos dijo...

Es verdad y se me olvido felicitar a un Francisco. Un saludo desde Santiago de Compostela.

Anónimo dijo...

Cariños desde Buenos Aires- Argentina

Anónimo dijo...

Hola Cristian:

Sabes, luego de leer el comentario, me pregunté por qué pasa esto.

Sabes lo que creo. Puede sonar pesimista o tal vez exagerado, pero lamentablemente, hoy nosotros nos comportamos peor que los animales.

Los animales por naturaleza buscan vivir, hacen todo lo posible para vivir, y si nosotros les ayudamos, ellos nos buscan y nos tratan bien porque a ellos les conviene, y nos siguen con esperanza. Si algún día no les podemos alimentar más, ellos no pierden la esperanza de que en un nuevo día si podremos y nos acompañan incluso hasta la muerte.

Pero qué pasa con nosotros, los hombres.

Así como el animal por instinto busca la vida, digamos que ese instinto es su motor. Nosotros, los humanos tenemos como motor al amor, pero parece que se nos olvida, y nos hemos llegado a comportar como animales, siguiendo deseos que en realidad no nos hacen felices.

Nuestra vida no se basa en que nuestro corazón pueda latir, nuestra vida se basa en que nuestro corazón pueda amar. Lo que nos diferencia de los animales es la capacidad de amar, y lamentablemente esa capacidad de amar la estamos perdiendo, y así nos volvemos como animales.

Tomando el mismo ejemplo anterior.

Si tú le das alimento a un animal, ese alimento le permite vivir y el animal te sigue, y si le sigues dando alimento, ese animal "te toma cariño", tanto así, que aunque después no le puedas dar alimento, es probable que siga contigo hasta que muera de hambre.

Cuando una pareja se casa, es porque se alimenta una relación con el amor. Mas, cuando ese amor parece perderse, hoy no seguimos fieles con la esperanza de que volverá ese amor a darnos vida, sino que nos separamos y buscamos amor en otra parte.

El animal por lo general no hace eso, cuando ha encontrado seguridad, no se va con la primera persona que encuentra, en cambio el hombre si.

Entonces, ¿somos peor que animales?

Yo no justifico a quien quiere mas a un animal que a una persona, porque ciertamente se está menospreciando el valor de una persona, pero tomo este acto como una alerta para nosotros. Porque si alguien quiere más a un animal que a una persona, es porque las personas estamos fallando en algo, y estamos despreciando esta gracia de poder amar.

Espero que no sea muy complicado este comentario, me pillo la hora también

cuídate mucho, te dejo un abrazo.

Anónimo dijo...

Comparto contigo el hecho que no debemos humanizar a los animales al punto de tenerlos por sobre la especie humana; desvirtuando el concepto de mascota con excentricidades como celebración de cumpleaños, funerales, enlaces, etc y cuanta actividad social humana conocemos se aplique a las mascotas.
En lo que no comparto tu opinión es en la visión un tanto simplista que das al reino animal. Muchas veces, la tenencia de mascotas a hecho llevadera la vida de miles de abuelos abandonados por sus hijos y nietos. Niños han sanado de enfermedades gracias a la compañía de animalitos más que de la cercanía de los propios familiares.
En paises desarrollados como Noruega existen leyes especiales que protegen a los animales, especialmente los perros, y no porque los sientan iguales a los humanos, sino porque están agradecidos de ellos, en la ocupación Nazi, familias enteras no perecieron de hambre gracias a la carne de estos animalitos. Y si bien es un país viejo, donde cada día nacen menos niños, la prioridad de una pareja al casarse no es tener precisamente un perro, sino un hijo, quizás no 20, pero sí un humano. Por lo demás la tenecia de mascotas en paises desarrollados está tremendamente controlada y legislada, por lo que la gente lo piensa dos veces antes de tener una.
Creo que en los animales también hay atisbos de la presencia de Dios; quizás para muchos la cosa deberá partir al revés, llegar a solidarizar y empatizar con los hermanos menores para después llegar a comprender y convivir con el hombre.
Tengo una perrita recogida de la calle hace 8 años, y por Dios que nos ha sensibilizado y alegrado la vida, y quisiera pensar que Dios también le permitirá compartir su Reino, y no como algo de segunda clase, sino como una creatura más, que fue creada, seguramenter, con un propósito.
Cristián C.
libra2004cl@hotmail.com

Dimas dijo...

http://usuarios.lycos.es/caballerosNSdelPilar/asociac.htm

Siga este Link y aprendera de esta Fiesta Mariana. Un fuerte abrazo

Unknown dijo...

Las mascotas son mascotas, pero no personas. Es ese empeño por "humanizar" indebidamente a los animales es el que causa problemas.

Otra cosa es la sobre estimación la ecología en estos tiempos. Una cosa es que tengamos la responsabilidad de proteger y preservar el ambiente para las generaciones futuras y otra muy distinta el tratar a la naturaleza como sagrada o divina por si misma; por mas sofisticado o "cool" que parezca es simple y llana idolatría.

Un abrazo

JOrge

Salvador Pérez Alayón dijo...

De nuevo en el tapete. Llevaba unos días de playa y no tenía acceso a Internet. Ahora ya estoy en casa y puedo ocupar más tiempo en ello. Espero te encuentres bien y no tan atareado con las bendiciones de las mascotas.
A mí también me preocupa eso. Y no es ninguna broma, pues por aquí, Europa, se habla incluso del proyecto simio: vale más un mono que un disminuido fisico o psiquico que sea una carga para la sociedad. Estamos, consecuencia de darle la espalda a DIOS, sin rumbo y perdidos en nuestra propia soberbia y suficiencia.

icue dijo...

Como le agradezco su entrada sobre San Francisco, todo un ejemplo de pobreza y sobriedad, virtudes que tanto necesita nuestra generación, loca opor el materialismo y consumismo.
Un abrazo.

Mónica Arroyo Parra dijo...

Estoy sorprendida al encontrar este blog, porque es un sacerdote católico quien lo ha creado, mi sorpresa tiene que ver conque siempre he asociado a los sacerdotes a la iglesia y no a Internet, me ha sorprendido gratamente. Con respecto a la tenencia de mascotas coincido con los demás que comentan, que son animales y por eso hay que cuidarlos, pero cuando cumplen roles humanos, creo se pierde un poco el equilibrio, ahora no hay que juzgar a las personas en las cuales una mascota pasa a ocupar el lugar de un hijo que se fue, de única compañía, etc. en esos casos creo que las personas tienen tanta soledad que una mascoda pasa a llenar un espacio para recibir amor, esas personas debieran mirar a su alrededor y compartir su amor tanto con sus mascotas como con otros seres humanos.
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