Paz del Señor

Hoy en la mañana al hacer la oración, me topaba con el texto del Evangelio de la Misa de hoy, que nos habla sobre la paz; y de eso quisiera hablar en esta entrada, pero antes, les cito parte del texto que quiero comentar:

Juan, 14, 27

Les dejo la paz, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo

Creo que hablar de paz hoy por hoy, no es nada fácil. El término hebreo "shalón", o el griego "eirene", tiene una riqueza mucho más profundo que el de las lenguas modernas occidentales que utilizamos hoy. En nuestro hablar común, utilizamos paz para decir que es un estado de ausencia de guerras, conflictos o problemas... del alejamiento de males que nos aquejan y que nos hacen daño; de tener una vida tranquila, alejada de conflictos y preocupaciones: habitualmente de esa paz hablamos cuando utilizamos el término (en otras palabras, de cosas que desde afuera nos atañen)

En la Biblia, al hablar de paz, además de lo dicho anteriormente, también se designa la felicidad completa del hombre: gloria, riqueza, bienestar corporal descanso, éxito en la vidaprosperidad, familia abundante, muerte serena, cargada de años (Cf. Num. 6, 22 - 26; 2 Sam. 18, 28; Is. 32, 17 - 18); (o sea, de cosas que nacen también en el corazón e interior del ser humano).

A la luz de la Palabra de Dios, no debiese extrañarnos que esta paz esté asociada con uno de los dones más preciados que el Señor nos regala: la Venida del Mesías. Si se dan cuanta, una de las cosas que hacía Jesús Resucitado al aparecerse a los apóstoles, era desearles la paz (Jn. 20, 19 - 26)... como signo de la Redención del hombre completo (su mundo externo y el interno).

Creo que la Paz de la que el Señor nos habla en su Palabra, no se trata de la ausencia de problemas, o del fin de los conflictos temporales, sino más bien, del gozo de estar junto al Señor; por ello no hay que temer... si estamos junto al Señor, el Príncipe de la Paz, nunca debieramos perder interiormente esa paz que el mundo no entiende...

¿Cómo vivimos hoy este concepto en el mundo actual? Para quienes resucitamos junto al Señor debiese ser el testimonio de la vida junto a Él.

Por último, el mismo Señor nos habla de esa paz al corazón, que el cristiano está llamado a tomar como fondo de un estilo de vida, que nos acerque cada día más a lo que debieramos ser como seres humanos, y especialmente como cristianos.