Hoy en la mañana celebraba Misa en una comunidad de Dominicas de la Presentación que están en Concón y, por supuesto, no me sentía yo en posición de hablarles sobre Santo Domingo, por lo que les pedí en Misa que me contaran su relación con el santo, cómo se habían encontrado con él, etc. Ellas me contaban distintas cosas, desde que casi no lo conocían hasta entrar a la Congregación, hasta anécdotas, cómo lo admiraban por su entrega en la oración, su predicación, su búsqueda de la verdad y la justicia... realmente es un hombre admirable. Yo les contaba que admiraba la vida religiosa, pero que no creo tener esa vocación, la admiro mucho y la respeto. Siento que su entrega es más radical que la de un cura diocesano. La vida de los santos, siempre es heróica, y por ello se les santifica en la Iglesia, por su vivencia heróica de las virtudes cristianas; y Santo Domingo hizo cosas increibles por lograr la conversión de Cátaros en su época, lo desprendido y radical que era con sus hermanos... el enviarlos a fundar de dos en dos, el recorrer Francia, el entablar diálogos teológicos en tabernas, el casi no dormir por las noches pasando en oración en la capilla, el no tener dormitorio... increible. La santidad hoy es posible; pensaba en qué habría hecho Domingo hoy para dar a conocer la verdad, cuando las cosas son tan relativas para el mundo actual y la verdad se topa con ese parámetro.
Hasta el proximo post.
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