20º Domingo del tiempo ordinario
20.08.06
Lecturas
Prov. 9, 1 – 6
Sal. 33
Ef. 5, 15 – 20
Jn. 6, 51 – 59
Esta semana continuamos leyendo el Evangelio de Juan y su discurso del Pan de Vida, además leemos el texto de Proverbios, que quiere adentrarnos en la verdadera sabiduría para actuar, y Pablo, en la carta a los Efesios nos ha hablado de la sensatez de vida. Todas las lecturas quieren hacernos pensar en la forma cómo seguimos al Señor Jesús: Todo está dispuesto, la mesa está servida, sólo falta hacerse sabio y sensato, y seguir al Señor de la Vida.
El libro de los Proverbios, es un libro que trata sobre un conjunto de enigmas, sentencias, refranes y otros textos de corte sapiencial, recogidos de la sabiduría popular acumulada durante siglos. El libro en sí, tiene dos ejes centrales: el sensato, honrado / necio, malvado; entre estos espacios, el hombre busca su centro. El hombre sensato escucha la enseñanza de los mayores y sabios, mientras que el necio prefiere hacer oídos sordos. El texto que hoy tomamos, claramente está dirigido a los sensatos, pues habla de la sabiduría, que aparece en el texto incluso como con vida propia, que invita a quienes quieran tenerla, a que coman de ella, a que se alimenten, abandonando de ese modo la ingenuidad para escoger la inteligencia. ¿Quién no desea eso? Hoy, cuando nos cuesta tanto discernir las cosas buenas y correctas de aquellas que no nos hacen bien, es fundamental seguir estos consejos que se nos da en el libro de los Proverbios.
La segunda lectura, tomada de la carta de Pablo a los Efesios nos sigue hablando del mismo tema que la primera lectura: La sensatez y la necedad. La diferencia entre ambos, el mismo Pablo la da: el sensato sabe aprovechar bien el momento presente. El necio, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, es el “ignorante y que no sabe lo que pedía o debía saber”. Sensato es el “prudente, cuerdo, de buen juicio”. La sensatez, Pablo la asocia con ser responsables, sabiendo discernir cuál es la voluntad de Dios. Invita por lo mismo a dejarse llenar por el Espíritu Santo, dando gracias (término eucarístico), recitando salmos, cantando y celebrando al Señor de todo corazón. Todos estos términos, nos darían para mucho, solo basta con echar mano a alguno de ellos.
El Evangelio de estos fines de semana, sigue siendo el capítulo 6 de San Juan. Hoy, está copado por un discurso de Jesús que habla sobre comer su Carne para tener Vida Eterna. Recordemos que estamos en ante un texto Eucarístico, que talvez encajaría mejor en el contexto de la última cena, pero Juan ha querido dejarlo acá, en un diálogo con los judíos como testimonio para reforzar el discurso del Pan de Vida que el Padre Dios nos da (Jesucristo). Ahora, San Juan, lo que hace en el Evangelio, es reforzar la idea de la pertenencia personal con Cristo; comer su carne y beber su sangre, le significa al discípulo participar de la Vida Eterna.
Aprendizaje de la Palabra:
- El hombre sensato, se alimenta del Señor: Una de las enseñanzas más claras que aparece en las lecturas de este fin de semana es esto. El hombre sensato se alimenta, busca, “sigue derecho por el camino de la inteligencia” (Prov.), busca “cuál es la voluntad del Señor” (Ef.), come y bebe del Señor, de la Eucaristía (Jn.). El sensato, sabe alimentarse correctamente del Banquete que el Señor le ofrece.
- El hombre sensato le “cree” al Señor: Puede parecer obvio lo que estoy diciendo, pero no siempre es así. Proverbios ya nos advierte sobre la posibilidad de no creerle a Dios, de no actuar inteligentemente. Hay que pedir ese don al Señor, no ser necio en ese aspecto. Nuestras conductas pueden hacernos ser necios, como parece ocurría en la comunidad de Efeso a la que pablo les advierte sobre ese punto. Los judíos se cuestionan, y no le creen a Jesús. No caigamos nosotros tampoco en esa insensatez.
Pidamos a Dios sensatez para actuar correctamente y encontrar la voluntad del Señor en nuestra vida. Amén.
20.08.06
Lecturas
Prov. 9, 1 – 6
Sal. 33
Ef. 5, 15 – 20
Jn. 6, 51 – 59
Esta semana continuamos leyendo el Evangelio de Juan y su discurso del Pan de Vida, además leemos el texto de Proverbios, que quiere adentrarnos en la verdadera sabiduría para actuar, y Pablo, en la carta a los Efesios nos ha hablado de la sensatez de vida. Todas las lecturas quieren hacernos pensar en la forma cómo seguimos al Señor Jesús: Todo está dispuesto, la mesa está servida, sólo falta hacerse sabio y sensato, y seguir al Señor de la Vida.
El libro de los Proverbios, es un libro que trata sobre un conjunto de enigmas, sentencias, refranes y otros textos de corte sapiencial, recogidos de la sabiduría popular acumulada durante siglos. El libro en sí, tiene dos ejes centrales: el sensato, honrado / necio, malvado; entre estos espacios, el hombre busca su centro. El hombre sensato escucha la enseñanza de los mayores y sabios, mientras que el necio prefiere hacer oídos sordos. El texto que hoy tomamos, claramente está dirigido a los sensatos, pues habla de la sabiduría, que aparece en el texto incluso como con vida propia, que invita a quienes quieran tenerla, a que coman de ella, a que se alimenten, abandonando de ese modo la ingenuidad para escoger la inteligencia. ¿Quién no desea eso? Hoy, cuando nos cuesta tanto discernir las cosas buenas y correctas de aquellas que no nos hacen bien, es fundamental seguir estos consejos que se nos da en el libro de los Proverbios.
La segunda lectura, tomada de la carta de Pablo a los Efesios nos sigue hablando del mismo tema que la primera lectura: La sensatez y la necedad. La diferencia entre ambos, el mismo Pablo la da: el sensato sabe aprovechar bien el momento presente. El necio, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, es el “ignorante y que no sabe lo que pedía o debía saber”. Sensato es el “prudente, cuerdo, de buen juicio”. La sensatez, Pablo la asocia con ser responsables, sabiendo discernir cuál es la voluntad de Dios. Invita por lo mismo a dejarse llenar por el Espíritu Santo, dando gracias (término eucarístico), recitando salmos, cantando y celebrando al Señor de todo corazón. Todos estos términos, nos darían para mucho, solo basta con echar mano a alguno de ellos.
El Evangelio de estos fines de semana, sigue siendo el capítulo 6 de San Juan. Hoy, está copado por un discurso de Jesús que habla sobre comer su Carne para tener Vida Eterna. Recordemos que estamos en ante un texto Eucarístico, que talvez encajaría mejor en el contexto de la última cena, pero Juan ha querido dejarlo acá, en un diálogo con los judíos como testimonio para reforzar el discurso del Pan de Vida que el Padre Dios nos da (Jesucristo). Ahora, San Juan, lo que hace en el Evangelio, es reforzar la idea de la pertenencia personal con Cristo; comer su carne y beber su sangre, le significa al discípulo participar de la Vida Eterna.
Aprendizaje de la Palabra:
- El hombre sensato, se alimenta del Señor: Una de las enseñanzas más claras que aparece en las lecturas de este fin de semana es esto. El hombre sensato se alimenta, busca, “sigue derecho por el camino de la inteligencia” (Prov.), busca “cuál es la voluntad del Señor” (Ef.), come y bebe del Señor, de la Eucaristía (Jn.). El sensato, sabe alimentarse correctamente del Banquete que el Señor le ofrece.
- El hombre sensato le “cree” al Señor: Puede parecer obvio lo que estoy diciendo, pero no siempre es así. Proverbios ya nos advierte sobre la posibilidad de no creerle a Dios, de no actuar inteligentemente. Hay que pedir ese don al Señor, no ser necio en ese aspecto. Nuestras conductas pueden hacernos ser necios, como parece ocurría en la comunidad de Efeso a la que pablo les advierte sobre ese punto. Los judíos se cuestionan, y no le creen a Jesús. No caigamos nosotros tampoco en esa insensatez.
Pidamos a Dios sensatez para actuar correctamente y encontrar la voluntad del Señor en nuestra vida. Amén.
3 comentarios:
Hola Padre, la verdad es que aquí en Brasil este domingo fue celebrada la asunción de la virgen, y en mi parroquia se organizó un viaje a Aparecida que es el Santuario Nacional donde estará nuestro querido Papa el próximo año.
Yo llegué resfriada, el aire acondicionado del bus me dejo super resfriada, pero llegué feliz, cansada pero feliz.
Me alegra ver que muchos de mis amigos estan escribiendole, es así que se van juntando los intereses y ganando amigos.
Un barazo.
Je je je, Ya me cayó la teja ji ji ji ji... Saludos, Gracias por la paciencia ;D
Perdona la tardanza
Ya estás en las visitas de la casa
Salu2
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