Día del Señor... otro día en la Vida de un cura cualquiera

¿Qué has hecho hoy?... me preguntó hace un rato alguien. Y como muchos narran sus días a través de los blogs, yo, siguiendo esa moda, también lo hago de vez en cuando. Para muchos, el día domingo, es un día dedicado a la familia, a visitar amigos, salir, etc. Para un cura, el Domingo, es un día que por lo general, hay bastante trabajo; y hoy no fue la excepción.

Mi día comenzó pasadas las 8 y media, cuando me levanté, recé, tomé desayuno. Mientras tomaba desayuno, pensaba en las cosas que haría durante este día, que sabía, se venía con muchas cosas. Di vueltas por el patio, tratando de pensar en que estabamos ya iniciando el décimo mes del año. Muchas cosas se vienen, responsabilidades y tareas que resolver. Pensaba también en que hoy, 1º de Octubre, es el día de una de mis santas favoritas: Santa Teresita del Niño Jesús: gran mujer, y doctora de la Iglesia. Recuerdo cuando leí "Historia de un alma"; un libro que les recomiendo a ojos cerrados por lo sencillo y profundo de su contenido. A mi gusto, junto a "Confesiones" de San Agustín, es lejos el mejor libro espiritual que jamás he leído.

Luego tuve Misa a las 11, a las 12 y a las 13 hrs. Maratón de Misas... jajaja. Ahora me río, pero presidir 3 Eucaristías al hilo, es cansador. Debes estar 3 horas bien despierto, sabiendo que estás actuando "in persona Christi", que estás entregando a Cristo a los demás. Solo Dios sabe como uno se siente en esos momentos. Es un regalo tremendo, pero que también cansa.

Almorcé rápidamente entre las 14 y las 14:30... compartimos la mesa con los otros curas y seminaristas, y a seguir trabajando: a las 15:00 hrs. tenía la cuarta Misa del día. Era con una comunidad Carismática, en una de las capillas de la Parroquia. Esa Misa, fue especial. El grupo, que estaba formada por personas venidas de distintas partes de Quintero, Ventana, Puchuncaví y Concón, fue muy linda. Me sobrecogió la respuesta que me dieron al saludarles cuando iniciábamos la Misa: Les pregunté... "¿Cómo están?" y a coro me respondieron "Bendecidos, padre"... ¡Qué respuesta más llena de contenido! Sencillamente, me sobrepasó. Oramos en silencio la Palabra, compartimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Esa Misa no se las regalé yo a ellos, ellos me la regalaron a mi... Gracias Señor.

Luego de esta Misa, me fueron a dejar a la parroquia. Llegamos a las 16:00 hrs. Allí ya me esperaban dos hermanos que pertenecen al grupo de los Nazarenos (que hacen encuentros para matrimonios), que debían llevarme a Valparaíso a confesar en el encuentro que tenían. Cerca de las 17:00 llegamos a Valparaíso, y ... a confesar... hasta las 19:00 hrs. Creo que ya les he dicho lo fuerte que es confesar, lo que uno aprende, lo que queda también en la cabeza de un cura luego de escuchar confesiones, especialmente fuertes a veces. Increíble como Dios se vale de mí para ayudar a tantos que se acercan a este sacramento.

Pasadas las 19:00 hrs. me vinieron a dejar; querían que les acompañara en la Eucaristía de cierre del encuentro, pero la quinta Misa del día... realmente estaba cansado. Cerca de las 20:00 hrs. estaba de regreso en la parroquia. Me senté frente al computador a leer un rato. Cené, y acá, pasadas las 22:00 hrs. estoy dejando plasmado mi día, para que sepan lo que hace un cura cualquiera un domingo cualquiera; para que sepan los que no lo saben, que también los curas nos cansamos; para que sepan que ésto me hace feliz, que no podría vivir si no hiciese esto; que no sería plenamente feliz como hombre si no fuese sacerdote... así lo siento, así lo creo, así lo vivo. Ahora, terminaré un tema que debo dar mañana en la reunión de decanato con otros sacerdotes de Viña, mirar el curso de Biblia que inicio mañana en la parroquia, y mirar un rato Lost, que volvió la segunda temporada por la tv.