Encuentro de gratos y locos momentos

La vida es media loca a veces... y el ciber mundo de los blogs, también. En mi corta vida bloguera (desde Junio), ya me han citado en otros blogs... : el de Aereonauta, el de los seminaristas de Chillán, el de José Menchon... y no me recuerdo otro más en este minuto... loco!!!

El asunto, es que hoy, nuevamente alguien me menciona en uno de sus post: Se trata de Mario Silva, alias Gato Chat, en su blog www.gatochat39.blogspot.com

Lo que ocurre, es que con Mario, nos conocemos hace meses por internet, a través de chats católicos, y el jueves (5) y viernes (6) pasado, nos conocimos. El vino a Concón, acompañando a su sobrina que juega ping pong, y se nos dió la oportunidad. Prometimos contar esa experiencia, cada cual del punto de vista de cómo la percibió. Gato, acá te dejo mi relato:

Un día, hace como dos semanas, Mario me dijo por internet que vendría a Concón, a acompañar a su sobrina a un torneo de ping pong, así es que estaba la oportunidad para conocernos. Y así fue: el jueves pasado (5 ), me llamó a eso de las 3 de la tarde. Yo estaba en la casa de mis papás, con mi sobrina y ahijada en brazos, jugando con ella, cuando me llega la sorpresa de que Mario estaba ya en Concón, a metros de la parroquia... Le dije que estaba en la casa de mis papás, así es que pronto me iría a Concón. Quedamos de juntarnos a la hora de Misa...

Pasó la Misa, y no lo vi. Entonces, lo llamé para saber si venía, y efectivamente, venía caminando hacia la parroquia. Así nos conocimos físicamente luego de meses de contacto por internet. Es loca la vida: ya he conocido físicamente a varias personas a las que antes conocía por internet. Nos saludamos afectuosamente, y nos fuimos a celebrar tan feliz encuentro a Viña del Mar.

En la micro, hablamos de todo: de su viaje, de la alegría, de las penas, de la vida en general... es una metralleta con la boca: dispara palabras cada 1 segundo, casi sin intervalos... jajaja. Pero Mario es así: un poco acelerado, siempre corriendo, como tratando de hacer las cosas apresuradamente, para aprovechar bien el tiempo. En Viña, fuimos al terminal a que sacara su pasaje de vuelta a Temuco, y luego a comer algo.

Nos vinimos de Viña, nos fumamos unos cigarrillos, tomamos un café en la parroquia, compartimos antes de despedirnos hasta el otro día.

El viernes 6 me llamó como a las 12 y algo... yo venía desde Quillota (trabajo en un colegio), y quedamos de juntarnos, porque quería confesarse, además de despedirnos de este encuentro: así lo hicimos... entre las 3 y las 4, estuvimos caminando por la orilla del mar (cosa que al parecer, no le agrada mucho, como a todo gato parece), y allí escuché una linda confesión de muchas cosas, que Mario ya me había compartido previamente. Es bonito confesar, pero más aún a un amigo, porque ellos logran abandonarse a tus consejos y palabras, sabiendo que actúas de parte de Dios. Un misterio, ciertamente.

Nos despedimos, prometiéndonos contar estos momentos en nuestros respectivos blogs. Como Mario es más acelerado, hoy me di cuenta que ya lo había hecho. ¿fotos? No quedó registro de nada... no teníamos máquina... la pobreza... jajajaja. Pero de algo estoy seguro: Dios si guarda ese recuerdo en nuestras conciencias, y esas imágenes, no se borrarán.

Mario es un hombre muy especial: tiene un sentido exquisito de la sensibilidad por la vida y las cosas; yo soy medio bruto y parco en eso. Pero él sabe compartir alegremente, y contar su vida, con toda simpleza...

Antes de irse, me hizo un regalo: una botella de pisco sour... aún no la he abierto. Lo haré en cualquier momento, cuando Dios me tenga preparado la oportunidad de pasar nuevamente gratos momentos junto a algún amigo, o sencillamente, cuando quiera recordar la amistad sincera de un amigo que se va y que deja la sensación de haber aprovechado al máximo la vida que nos toca vivir. Bendiciones Gato Mario!!!